8 errores de pardillo que he cometido al invertir (y que me han costado miles de euros)

Una pequeña lista de algunos de los errores que debes evitar a toda costa.

“La mayoría de los errores en la inversión provienen de intentar anticipar el futuro en lugar de prepararse para la incertidumbre.”
— Seth Klarman

Los divulgadores de contenido necesitamos constantemente de nuevas ideas para compartir. Y por ello una de las estrategias que más y mejor funciona es basarnos en nuestras experiencias cuando compartimos conocimientos.

Cuando te basas en algo que has vivido tienes mucha ventaja ya que acostumbras a hablar con mucho conocimiento de causa. Puedes explicar qué ocurrió y cómo te sentiste con todo tipo de detalles. 

Además, cuando transmites de esta forma acostumbras a generar impacto en tu audiencia porque lo auténtico resulta siempre atractivo.

De todas formas, hay un problema con este enfoque.

El famoso cherry picking.

Solo hablar de lo que va bien es irreal y hasta en parte creo que irresponsable.

No todo vale.

Y es por ello que poner perspectiva a los supuestos éxitos compartiendo también lo que no fue tan bien es en mi opinión muy necesario.

Por ello, en este nuevo artículo comparto contigo algunos de los muchos errores que he cometido en mis últimas dos décadas como inversor.

Verás que algunos de mis errores son muy de pardillo y son de primero de parvulitos.

Cometer errores si inviertes durante décadas te aseguro que es normal y hasta sano en parte porque el error acostumbra a producir un aprendizaje que no se borra de tu memoria. Errare humanum est.

Ninguno de mis errores ha podido asesinar mi faceta como inversor. Y ese sin duda ha sido quizá mi gran acierto. Lo que no te mata te hace más fuerte.

Empezamos con mi lista de errores por uno que lamentablemente continua siendo un clásico (aunque muchos ni siquiera son conscientes)… un producto bancario mediocre enormemente caro.

1.- Invertir en un fondo de gestión activa de europa del este

“El mayor error de los inversores es creer que lo que ha funcionado en el pasado seguirá funcionando en el futuro.”
— Ray Dalio

Te pongo en contexto.

Inicios del siglo XXI.

Yo con mi carterita de fondos con Bestinver y el bueno de Paramés. Para contratar ese fondo tuve que hacer una transferencia a un número de cuenta muy extraño y realizar algunos otros trámites propios del siglo XX mientras mis gestores del banco de sabadell me hacían una pregunta detrás de otra. 

Con ese fondo de Paramés ganaba rentabilidad a patadas año tras año. ¡Qué locura! ¡Qué fácil parecía todo!

Y de repente, cuando con poco más de veinte años ya me creía un visionario de las finanzas, leo que un fondo del Banco Sabadell de gestión activa que invertía en mercados emergentes de Europa del este se había revalorizado más de un 50% el año anterior.

Y el menda, hace más de 20 años mete pasta a mansalva en ese fondo.

Un fondo de gestión activa con una comisión de gestión de más del 2% y con una alpha y una beta que claramente indicaba que de gestión activa solo tenía la comisión. Es decir que replicaba prácticamente sus índices.

Eso acabó mal. Pérdidas enormes (el timing fue malísimo justo antes de la debacle del 2008) obviamente pero con un par de buenas lecciones aprendidas.

Cuando algo sube mucho lo normal es que por regresión a la media pueda bajar (o no).

En todo caso, el rendimiento de un activo a un año NO SIGNIFICA NADA. Pero nada de nada. Por ello, cuando invierto intento siempre pensar en rentabilidades normales anualizadas a una década. 

Vender fondos a precio de oro (comisiones enormes de más del 2%) cuando casi replican índices ha sido el negocio del siglo de muchos de los bancos comerciales en los últimos 30 o 40 años. Le ponen nombres molones que no significan nada: agresivo, sostenible, premium, calidad… ¿continúo? …

Fondos con betas de casi 1 (basicamente replican índices para no salir en la foto de los peores) con comisiones altísimas (usureras a mi modo de ver) y resultados pobrísimos consecuencia de sus altas comisiones. 

Antes, no había las posibilidades que hay ahora de invertir en fondos indexados en España y por ello para invertir en ciertas regiones había que pasar por el aro.

Por suerte, la cosa ha cambiado mucho. 

Aprendizaje: Huye de fondos «fácilmente replicables» con altas comisiones y olvida esos listados de los mejores fondos a corto plazo. Esos listados con los mejores te servirán (y mucho) si los observas a décadas vista.

2.- No amortizar todo lo que era amortizable cuando empecé con el negocio de alquiler de viviendas

“Cometer errores es inevitable, pero repetir los mismos es inaceptable.”
— Peter Lynch

Hace tanto tiempo que empecé a invertir en inmuebles que seguramente he cometido muchos más errores y más gordos, pero, ahora, mientras golpeo con fuerza las teclas, me viene a la cabeza uno que me costó bastante dinero.

Recuerdo que al realizar la renta y amortizar mi vivienda por primera vez, no incluí en la amortización los impuestos (ITP) y algunos gastos amortizables como los de la gestoría. Mi primera vivienda la amortizaba con el precio «limpio».

De nuevo, error de pardillo que me costó dinero ya que al amortizar menos, declaré más beneficio y por tanto pagué más impuestos por beneficio.

Ahora sé que podía pedir rectificatoria al año siguiente. Pero no lo hice. Error al cuadrado.

Ahora hace ya tanto tiempo que ha prescrito.

Era muy joven y tierno y bla, bla, bla…

Querer hacerlo todo uno siempre es lo que tiene.  Aprendes a base de errores y también a base de ir regalando dinero a Hacienda. 

Aprendizaje: Tener un asesor de confianza siempre suma, nunca resta. Valen mucho más de lo que cuestan.

3.- Apalancarme para invertir en bolsa y perder la camisa (y la calma)

“El mercado puede permanecer irracional más tiempo del que tú puedes permanecer solvente.”
— John Maynard Keynes

Una vez, hace más de una década, me vine arriba y probé con un producto con apalancamiento bursátil.

Tuve mucha suerte porque en una semana hubo un mini crash e iba perdiendo más dinero del que había invertido.

Perdí casi 5.000 euros en menos de 10 días.

Eso me dio una gran lección.

El apalancamiento déjalo para los inmuebles (y siempre con cabeza).

Ese mes perdí la camisa y sobre todo la calma.

Por suerte, fue una lección que me ha quedado marcada de por vida.

Aprendizaje: En mi caso, nunca más invertiré en bolsa apalancándome. Para mí, no tiene ningún sentido pues la bolsa pueda permanecer irracional muchos años y el impacto emocional y económico de su irracionalidad no quiero tener que sufrirlo.

4.- Contratar depósitos como un loco por no conocer los fondos monetarios 

«Una inversión en conocimiento paga los mejores intereses.”
— Benjamin Franklin

Por suerte ya hace tiempo que acabó la época de mi vida en la que andaba como loco buscando buenos depósitos en los que depositar la liquidez necesaria para abordar sin problemas mis objetivos de liquidez a corto plazo y cuidar mi tranquilidad mental.

La liquidez es necesaria porque te regala tiempo.

La liquidez es necesaria porque te regala libertad para reaccionar a imprevistos

La liquidez es necesaria porque nos regala calma a los paranoicos como yo.

Y la liquidez es necesaria también porque es el contrapeso que te permite hacer inversiones largoplacistas ilíquidas que pueden devenir muy rentables.

Pero claro, a la liquidez hay que buscarle algo de rentabilidad también.

Y los fondos de renta fija no están diseñados para garantizar la liquidez. ¡Claro que no! Tienen volatibilidad y eso es peligroso. En el año del COVID muchos de ellos perdieron más de un 10% de su valor.

Por otro lado, se me hizo la luz el día que descubrí los fondos monetarios. Fondos ultra-diversificados con instrumentos financieros a muy corto plazo. Dotados de liquidez máxima y poquísima volatibilidad. Fondos que aspiran a conseguir una rentabilidad parecida a los tipos de interés de los bancos centrales y fondos en los que fiscalmente no debes pasar por caja como con los depósitos al ser fondos de acumulación.

Son fondos que acumulan rentabilidad positiva siempre que los tipos no sean negativos por supuesto (y que los tipos sean negativo ha ocurrido en un corto periodo reciente en los últimos 5.000 años).

Desde que los descubrí, no pierdo ni un minuto de mi vida en buscar nuevos depósitos. He ganado mucho tiempo, no tengo que abrir y cerrar infinitas cuentas bancarias y mi liquidez me sigue generando rentabilidad.

5.- Incluir los planes de pensiones en el impuesto del patrimonio y (de nuevo) pagar más impuestos de los necesarios

“El riesgo viene de no saber lo que estás haciendo.”
— Warren Buffett

Hace tiempo que soy de los afortunados que me toca pagar el impuesto del patrimonio. 

Al igual que con mi primera declaración de la renta, mi primera declaración del impuesto del patrimonio la hice yo solito. Y claro, hacerla la hice por supuesto. Pero la hice mal y palmé dinero. Un clásico por mi lado.

Siempre he defendido espabilarse porque al liquidar uno sus impuestos uno aprende como funciona el sistema y te ayuda enormemente a tomar mejores decisiones y bla, bla, bla…

De todas formas, el precio a pagar han sido ciertos errores de bulto en mi caso.

El sistema que usa hacienda para declarar tu impuesto de patrimonio está mucho menos automatizado y es menos guiado que al hacer tu declaración de la renta por ejemplo (aunque ha habido cierta evolución).

Por ello, en la primera ocasión que lo completé incluí en el formulario de turno los importes que tenía acumulado en mis planes de pensiones. Y esos importes no tributan para el impuesto del patrimonio. Es de primero de rico. 😉

Desde ese momento, mi gestor se encarga de «hacer un doble check» de mi impuesto de patrimonio por supuesto. Y por suerte, cada año sigo pagando algo más por este impuesto. ¡Y qué dure!

Aprendizaje: No me cansaré de decir que espabilarse y pagar tus impuestos tú mismo es muy bueno para entender como funciona el sistema, de todas formas, cuando hay mucho dinero en juego cuenta siempre con el apoyo de buenos profesionales para estar seguro de que todo esté impecable y no cometes errores que te cuesten dinero.

6.- No apretar a mis bancos con el tipo de cambio

“Nunca negocies con miedo, pero nunca tengas miedo de negociar.”
— John F. Kennedy

Hemos tenido la suerte de vivir en muchos países distintos hasta el momento: países americanos, europeos e incluso asiáticos.

Una lección que aprendí después de palmar bastante pasta es que los bancos tradicionales se forran con los «casos poco comunes».

Y lo descubrí al impatriar mi dinero y ver como una parte se esfumaba.
Si no te fijas y no les aprietas, te meten unos sablazos por tipo de cambio descomunales.

Y especialmente, como te he dicho, lo hacen los bancos tradicionales.

En algunas operaciones importantes la pérdida era de más de 1.000 euros por tipo de cambio. Después de apretar y que el banco viera que yo sí me di cuenta, recuperé una parte. Pero no todo obviamente.

Por ello, los neobancos acostumbran a tener políticas claras y mucho más ventajosas para el cliente final.

Además, hay bancos especializados en estas operaciones. Por ejemplo, Transferwise (ahora Wise) y N26 acostumbran a tener tipos de cambio reales y no «imaginarios» (ya me entiendes) y comisiones transparentes y claras.

Aprendizaje: Asegúrate de la letra pequeña siempre en cualquier operación «especial» que hagas con tu banco. Además, los gestores muchas veces no tienen ni idea de qué condiciones hay así que te tocará investigar y nunca quedarte en el primer mostrador.

7.- Meter el dinero en crowdlending esperando generar duros a cuatro pesetas

“La primera regla es no perder dinero. La segunda regla es no olvidar la primera.”
— Warren Buffett

En Comunitae (uno de los primeros crowdlending de España) perdí todo lo que invertí en ese vehículo… No recuerdo exactamente si fueron 3, 4 o unos 5 mil euros. La memoria es sabia y ha eliminado una parte de esa información. La que no aporta valor. 

Fue una plataforma que se evaporó. Y el dinero que teníamos ahí muchos inversores también desapareció.

Hay que tener muchísimo cuidado con los chiringuitos financieros. ¡Sé malfiado por naturaleza!
Soy un culo inquieto y la innovación me puede en ocasiones. Quiero estar al corriente de todo.

Pero ojo.

Desde ese momento no me miro ni una plataforma de éstas.

Probablemente algunas funcionan bien. Seguro que sí.

Pero yo ya probé mi medicina y en mi asset allocation ya no las considero. 

Aprendizaje: aléjate de los chiringuitos financieros. Pregúntate siempre que le ocurrirá a tu dinero si la empresa que intermedia quiebra.

8.- Pensar que debería haber aún invertido más hace 10 años

“El mayor error es confundir un mercado alcista con tu propia inteligencia.”
— Humphrey B. Neill


Muchos de vosotros seguro que pensáis que si pudiérais volver atrás en el tiempo (por ejemplo al año 2015) invertiríais en inmuebles como locos o en renta variable o en lo que sea que se haya revalorizado.

Es un sentimiento habitual. Y es lo normal.

A largo plazo, las buenas inversiones aportan valor a nuestro patrimonio (inflación + rentabilidad real) y es normal que mirando atrás pensemos que por qué no invertimos más en un momento dado del pasado.
Ojo, pero no haberlo hecho no es un error.

Es como cuando haces una media maratón y te dices que podrías haber corrido más rápido. Falso. Diste lo mejor de ti.

Invertir implica riesgos. Siempre.

Riesgos de liquidez, riesgos de mercado, riesgos de equivocarte de vehículo…

Tu vida es siempre mucho más importante que tus inversiones y por tanto es normal que cuando tienes que tomar decisiones de inversión te entre el cangueli o el miedo.
No te mortifiques. 
A toro pasado todos somos Warren Buffet.

Si crees que perdiste en el pasado oportunidades de inversión es un buen momento para que pienses en lo que puedes hacer para no tener los mismos «regrets» en 10 años.


“Aprender de los errores ajenos es más barato que aprender de los propios.”
— Benoit Mandelbrot

Al invertir, lo importante es que si todo va mal no haya dramas.

Si haces tus propios «business cases» siempre que analizas una nueva inversión y no hay dramas si sale mal puede ser una buena señal que te ayude a tomar la decisión de invertir.

Premeditatio malorum es un ejercicio estoico en que te pones en el peor caso para estar más preparado si llega. ¿Si el peor caso es tolerable por qué no implementar esa idea de inversión que te ronda la cabeza? ¿Qué es lo peor que te puede pasar? ¿Lo puedes tolerar?

Si sumas mis errores verás que al invertir he perdido decenas de miles de euros con errores tontos.

La parte positiva es que lo que he ganado por realizar buenas inversiones supera (por mucho) todos los errores cometidos.

La acción acostumbra a vencer a la inacción.

Por mi parte, te aseguro que seguiré cometiendo errores en el futuro porque mi dinero seguirá buscando nuevas oportunidades a largo plazo.

¡Por muchos errores más!


Foto que encabeza el post:
Una de las mejores obras de David Hockney en una exposición que visité recientemente. La obra expresa la tristeza del pintor después de una pérdida sentimental.
La obra en el momento que escribo estas líneas se valora a más de 80M de euros.
El propietario de este cuadro no hizo un error al invertir en el mismo. David Hockney es uno de los autores vivos más cotizados del mundo.


¿Te apetece compartir algunos de tus errores como inversor en los comentarios? 

Ya ves que yo he cometido errorres de pardillo, así que no sé si podrás superarme 😉

4 comentarios en «8 errores de pardillo que he cometido al invertir (y que me han costado miles de euros)»

  1. Hola

    Gracias por tu artículo, como tantos otros, es muy enriquecedor.

    Me he quedado pensando en el punto de la media maraton, ¿realmente di lo mejor de mi? ¿no pude arañar algun seg/km adicional? Siempre me queda la duda -a toro pasado, claro-.

    Llevandolo al campo de la inversion , psicológicamente lo que mas me duele no es ver como caen mis inversiones. Esto me alegra y compro mas. Lo que me duele de verdad y me atormenta por momentos , es tener una buena inversion en el radar, estudiarla , leerla, comentarla y …. ver que se me escapa como un cohete en un volantazo del mercado. Y, como agravante, entra en juego el sesgo de anclaje , porque ese precio mínimo que ha marcado se convierte de manera inmediata en mi precio objetico de compra.

    Muy pocas veces me convenzo y compro un 5% u 8% mas arriba de ese mínimo, sabiendo y convenciéndome que será muy buen precio de compra con una perspectiva de 2 o 5 años mas adelante.

    Despues de esta reflexión ¿conoces alguna forma de no atormentarmne por esas «bolas no bateadas»? Ya se que WB dice que no perdemos dinero por los errores de omisión . Pero a mí me siguen doliendo, mucho.

    Gracias por tu gran trabajo

  2. Buenísimo, Alberto!
    Muchas gracias por compartir todo esto.
    Las enseñanzas se ven mucho más claras desde los errores, que desde la teoría del buen hacer.
    Ojalá hubiese un libro o un blog donde mucha más gente comparta sus errores.
    En mi caso, el peor que he cometido hasta la fecha, fue alquilar un piso sin seguro de impagos.
    Resultado, 30 meses de inquiokupación y piso destrozado.
    Al menos, lo pude recuperar (¡qué paradoja!).
    Agradezco nuevamente tu trabajo y te mando un cordial saludo.
    Leo

  3. Hola Alberto, muchas gracias por el artículo.
    Como de costumbre la lectura me ha resultado muy interesante. Me ha gustado mucho lo de la media maratón y he guardado la cita, porque realmente me ha hecho reflexionar. Veo que no soy el único que lo menciona en los comentarios.
    Te quería preguntar, sin que suponga una recomendación de inversión, por algún fondo monetario, para poder estudiarlo y ver qué rentabilidad ofrece, por comparar con las rentabilidades que ahora mismo consigo en cuentas remuneradas (2-2,5%).
    Y no quería terminar sin darte mi más sincera enhorabuena por lo del IP. Como decía un conocido mío, lo malo es pagar un 2% de IRPF…

  4. Hola Alberto,
    Leo con mucho interés todos tus artículos y comprado algunos de tus libros también. No suelo compartir mi opinión pero creo que debo agradecerte que compartas toda tu experiencia como inversor, entre lazada con tu papel de directivo y como padre de familia, ofreciendo un sentido o una finalidad a cada decisión/inversión realizada.
    Considero que ofreces tranquilidad y valiosas recomendaciones.
    Enhorabuena por tu labor divulgativa.
    Un saludo
    Antonio

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