El día a día muchas veces nos hace olvidar de que nuestra energía para trabajar es limitada y finita. Pero, si queremos, y a través de nuestras inversiones, podemos prolongar nuestra energía mucho más allá.
Ayer la bolsa bajó un 7% debido a la histeria colectiva provocada por el coronavirus.
Haciendo un cálculo rápido en estas dos semanas esto ha impactado en más de 60.000 euros negativamente en mi patrimonio (en papel).
Sin embargo, ahora mismo, estoy más enfadado por una discusión que he tenido por videoconferencia con una persona de los “headquarters” internacionales.
Desde una mente fría y racional debería estar más preocupado por el primer hecho que por el segundo.
Pero la mente, afortunadamente, no siempre es racional. Y por ello me encuentro obsesionado y dando vueltas a esa discusión que seguramente me impactará de alguna forma y quizás no me deje dormir bien esta noche.
¿Sabeis por que?
En la discusión me siento responsable y un poco desencantado pues discutir con esa persona era algo que nunca hubiera pensado que pudiera ocurrir. Por otro lado, en la pérdida de valor de la bolsa de valores simplemente lo encuentro como una parte del camino que hay que recorrer cuando uno tiene un plan bien predefinido. Mi plan de renta variable mira al largo plazo. Y tengo diferentes cajas (todas ellas con periodos de maduración superior a los 7/8 años como mínimo – como la jubilación – a 30 años vista- o la universidad de mis 3 hijos si desean estudiar – entre 8 y 15 años vista).
Cómo directivo debo ser consciente y normalizar las discusiones pues son también parte del camino. La única diferencia que es importante remarcar es que mientras la renta variable de aquí 30 años seguirá existiendo -cuando la necesite para mi jubilación- mi rol como directivo es muy posible que haya caducado mucho antes.
El día a día del directivo o manager de una empresa de estas grandes (las famosas multinacionales) está lleno de discusiones que debemos normalizar ya que forman parte del camino que uno debe recorrer como gestor. De todas formas es importante entender que como gestores estamos de paso, mientras que como inversores podemos tener impacto mucho más allá a nivel temporal.
Como inversores podemos prácticamente “gestionar” nuestras inversiones hasta el fin de nuestros días (siempre que nuestra cabeza siga estando en su sitio); por ello recuerda cuidar tu cabeza con la trifórmula secreta: ejercicio/ movimiento, dormir bien y comer sano.
Como gestores tenemos los días contados. Puede ser que nuestra empresa no vaya bien (debido o no a nuestra gestión; en este sentido brillante el libro de Taleb «Fooled by Randomness» donde básicamente afirma que los humanos confundimos correlación con causalidad) y nos “echen” (de igual forma ocurre con los entrenadores de fútbol cuando los resultados no salen) o puede ser que simplemente nuestro jefe (recuerda que todos tenemos jefe: el directivo de turno, el DG, el CEO, el consejo…) se harte de nosotros por motivos racionales o irracionales.
También en el caso de que seas un emprendedor exitoso acabarás actuando como inversor. Si tu empresa perdura y continuas siendo propietario acabarás delegando la gestión de la misma. Y por ello como presidente del consejo actuarás como inversor que gestiona su activo a través de un directivo que pilotará la nave.
¿Directivos con obsolescencia programada?
Parece que en los actuales entornos VUCAs (por por volatility, uncertainty, complexity y ambiguity) es más difícil tener una larga carrera como directivo.
Según un estudio de Equilar, el tiempo medio de desempeño de los consejeros delegados en las compañías del índice S&P 500 de la bolsa estadounidense se situaba en 2017 en cinco años, frente a los seis años de media que duraban en el cargo en 2013. Del medio millar de compañías analizadas, los primeros ejecutivos del 9,9% de las mismas llevaba en el cargo menos de un año; el 38,1%, entre uno y cinco años, y el 26%, entre cinco y diez años. Los consejeros delegados de larga trayectoria en el mismo puesto, de diez años o más, sólo suponían en 2017 el 25,9% del total.
Lo que está claro es que los datos soportan una menor duración en los puestos directivos. Hay una impaciencia mayor a medida que las empresas se enfrentan a una globalización mayor y quizás también a una mayor competencia.
Nuestras decisiones como inversores con buen método a corto, medio y largo plazo siempre dependen de nosotros.
Nuestras decisiones como gestores a corto, medio y largo plazo no siempre dependen de nosotros pues ya sabemos que la empresa no es precisamente una democracia.
Y sin embargo, a pesar de poder disfrutar de una vida como inversores llenos de aprendizajes, aventuras, conocimiento y rentabilidad muchos directivos prefieren invertir prácticamente la totalidad de sus horas y de su energía mental y emocional en los problemas irrelevantes que cualquier gestión de personas siempre conlleva.
Por ello si eres gestor o directivo y ganas un buen sueldo pon un poco de perspectiva a tu vida y recuerda que:
- Tu rol como directivo tiene fecha de caducidad, tu rol como inversor no tiene porque tenerla (por eso el blog se llama inversordirectivo en ese orden – primero me considero inversor y después directivo – porque visualizo que la parte inversora será más relevante que la parte directiva en el futuro)
- Como directivo estás poniendo todos los huevos en la misma cesta con lo cuál el riesgo es muy alto. Como directivo puedes diversificar y disfrutar de mucha más tranquilidad. Y la tranquilidad no deja de ser uno de los fines más importantes del dinero.
- Los puestos directivos o de gestión pueden ser el vehículo para que acabes obteniendo tu propio patrimonio y puedas actuar como inversor. Pero no debes dejar de verlos como un medio para sobretodo aprender , socializar cobrando un buen salario y también para acumular patrimonio que puedas usar para invertir y ser financieramente independiente.
- La energía que necesitas como directivo es agotadora y normalmente afecta a tus funciones como inversor (y también lamentablemente a tu salud y a tus relaciones personales en muchas ocasiones). Existen muchos profesionales que invierten más de 60 horas a la semana en su trabajo (que recuerdo que tiene fecha de caducidad) y no son capaces de invertir ni 30’ semanales en la gestión de sus inversiones (que es lo único que depende principalmente de uno mismo).
- Como inversor puedes controlar tus decisiones (tú eres el CEO de tu propio patrimonio), como directivo no siempre controlas las decisiones (espero que ya te hayas dado cuenta de esta obviedad).
- El directivo lucha constantemente con su ego (es una competición donde parece que siempre se puede escalar), el inversor puede ver los problemas de ego de la gestión diaria desde la distancia. Puede ser hasta divertido comprobar desde la distancia las batallas internas que existen en muchas empresas para escalar en la escala corporativa (como si de un Juego de Tronos se tratara).
Estar focalizado en tu trabajo es crítico para rendir. Pero recuerda que estar focalizado es un ejercicio que no solo aplica a tu trabajo. Aplica a tu salud, a tu deporte, a tu familia y a tu faceta de inversor. Cuando hagas algo debes intentar focalizar tu energía en ello y por ello, cuando tu trabajo como gestor te ocupa tantas horas y energía que tiñe todo lo demás (familia, salud, inversiones…) recuerda que estás focalizando toda tu energía y atención en algo que al fin y al cabo tiene los días contados ya que el día de tu despido cada día está más cerca.
Cumple con pasión como un buen directivo en el trabajo. Fuera de él, invierte tu tiempo en cosas más trascendentes como tu familia y tus inversiones. Ambos pueden perdurarte. Y recuerda que tu trabajo nunca lo hará.
Fuente: old investor
3 comentarios en «Como directivos tenemos los días contados, como inversores podemos ser «eternos»»